En Islandia el buque Elding es el primero en emplear este combustible en la máquina de un barco. La pequeña isla del Atlántico norte ya lleva un tiempo explorando las posibilidades del hidrógeno como combustible.
Silenciosa, así será la experiencia de los turistas que decidan viajar a Islandia y subir a bordo del buque Elding para observar a las ballenas en su propio hábitat. Los motores hidrógeno del barco permitirán que, una vez avistadas las ballenas, los grandes motores diesel se apaguen y funcionar en modo silencioso, permitiendo a los turistas observarlas en completo silencio, y sin molestar a los cetáceos.
La innovación permitirá que el avistamiento de cetáceos y aves marinas se haga en completo silencio y sea mucho menos contaminante.
Esta nueva tecnología híbrida eliminará los ruidos y las vibraciones, que pueden provocar molestias a los animales. "La mayor ventaja es que ya no volverá a molestar el sonido del motor cuando nos aproximemos a las ballenas, con lo que la experiencia será aún más maravillosa.
El alma del motor es la pila de combustible, que extrae los electrones de hidrógeno previamente obtenido y los convierte en electricidad. Según Jón Björn Skúlason, director de Nýorka, el compendio de empresas privadas y públicas que impulsa el pionero proyecto, todo el proceso es limpio, ya que se obtiene por electrólisis (proceso de descomposición mediante corriente eléctrica). El hidrógeno es un combustible no contaminante si se obtiene de fuentes de energía renovable, y en Islandia, éste se produce con la electricidad de las centrales geotérmicas e hidroeléctricas.
Según datos del Ministerio de Industria islandés, el 72% de la energía producida en esta volcánica isla procede de fuentes renovables como la geotérmica e hidroeléctrica.
Se espera que las pruebas experimentales con el barco allanen el camino para convertir al hidrógeno todo el sistema de transporte del país para 2050. La transformación llevará su tiempo, ya que el coste de esta tecnología es todavía muy elevado y aún no se ha adaptado para la navegación en largos trayectos.
La conversión total llevará tiempo. Se necesitan cambios en la infraestructura, y algo importante: Motores de hidrógeno baratos, ya que los actuales cuestan unas cinco veces más que los motores de gasoil.
El uso de esta energía renovable aumentará en Islandia a partir de 2020, el mayor inconveniente de emplearlo en barcos es su almacenamiento. El hidrógeno es más voluminoso que los combustibles fósiles, por ello puede ser complicado cargar todo un buque. De ahí que, hoy por hoy, el Gobierno islandés haya reclamado cooperación a otros países, donde sí se fabrican los motores y el equipamiento necesario.
Norberto Sánchez
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