La contaminación del aceite lubricante por agua en las máquinas o motores es uno de los problemas frecuentes y más destructivos. Ataca a los aditivos, induce la oxidación del aceite base e interfiere con la producción de la película de aceite. Toda agua que entra al motor es sumamente dañina para el aceite y el equipo.
El agua que entra al aceite empieza a degradarlo. Primero ataca los aditivos, pudiendo causar precipitación de los mismos, también atacando al aceite básico, causando oxidación y aumentando la formación y acumulación de lodos y barniz.
El agua entra por la condensación de la humedad del aire que ingresa al tanque de aceite o cárter, la lluvia, los lavados de equipos y motores, retenes, empaquetaduras o sellos deteriorados, fisuras de enfriadores, camisas, como producto de la combustión, y varios otros orígenes. A veces este agua es sucia o limpia, pero aun limpia causa daños en sí, contiene sales y otros minerales que causan corrosión.
El agua puede existir en el aceite en tres estados o fases:
Disuelta, Emulsificada o Libre
El primer estado, conocido como agua disuelta, se caracteriza por moléculas individuales de agua dispersas en el aceite, como la humedad en el aire. Las moléculas son tan pequeñas que no se las puede ver.
Un aceite puede soportar entre 200 a 600 ppm de agua (0,02 a 0,06%) en el estado disuelto, dependiendo de la temperatura y longevidad del aceite, sin indicación visible de su presencia. Los aceites con mucho uso son capaces de soportar entre tres y cuatro veces más agua en el estado disuelto que el aceite nuevo.
Una vez que la cantidad de agua ha excedido la concentración máxima para permanecer disuelta, el aceite se satura. En este punto, el agua está suspendida en el aceite en gotas microscópicas conocidas como una emulsión.
Este nivel de contaminación es visible y se ve el aceite como “lechoso”.
Cuando la cantidad de agua sobrepasa de lo que puede mantenerse en forma emulsificada, empieza a acumular una parte de la misma libremente en el fondo del cárter o de los tanques de reserva.
De estos tres estados, los más dañinos para el sistema de lubricación son cuando el agua esta emulsificada o libre. La diferencia en consistencia y compresibilidad entre el aceite y el agua pueden causar una rotura de la película hidrodinámica, permitiendo el contacto entre piezas.
Aunque se consideran normales bajos niveles de contaminación con agua en aceites de motores, si son altos, es necesario su atención y raras veces se corrige haciendo un cambio de aceite.
Otro de los problemas que tenemos es la formación de herrumbre, que se da sobre las superficies de hierro, y que provoca que luego, con el tiempo, ese hierro se desprenda como partículas abrasivas. 1% de agua en el aceite puede acortar la vida útil de cojinetes en un 90%.
Si tenemos agua en un sistema con alta concentración de ácido (sulfúrico, clorhídrico, acético, fosfórico, etc.) aumentará la concentración de iones [H+] provocando ataques corrosivos.
De la misma manera, si tenemos alta concentración de álcalis (soda cáustica, hidróxido de calcio, amoníaco, etc.), aumentará la concentración de [OH-], también generando corrosión por ataque alcalino.
Si aplicamos la idea de un mantenimiento proactivo de los equipos o motores tendremos que implementar procedimientos para la detección temprana de la contaminación por agua en el aceite, y al detectarla, tenemos que buscar la entrada y corregirla.
El agua que entra al aceite empieza a degradarlo. Primero ataca los aditivos, pudiendo causar precipitación de los mismos, también atacando al aceite básico, causando oxidación y aumentando la formación y acumulación de lodos y barniz.
El agua entra por la condensación de la humedad del aire que ingresa al tanque de aceite o cárter, la lluvia, los lavados de equipos y motores, retenes, empaquetaduras o sellos deteriorados, fisuras de enfriadores, camisas, como producto de la combustión, y varios otros orígenes. A veces este agua es sucia o limpia, pero aun limpia causa daños en sí, contiene sales y otros minerales que causan corrosión.
El agua puede existir en el aceite en tres estados o fases:
Disuelta, Emulsificada o Libre
El primer estado, conocido como agua disuelta, se caracteriza por moléculas individuales de agua dispersas en el aceite, como la humedad en el aire. Las moléculas son tan pequeñas que no se las puede ver.
Un aceite puede soportar entre 200 a 600 ppm de agua (0,02 a 0,06%) en el estado disuelto, dependiendo de la temperatura y longevidad del aceite, sin indicación visible de su presencia. Los aceites con mucho uso son capaces de soportar entre tres y cuatro veces más agua en el estado disuelto que el aceite nuevo.
Una vez que la cantidad de agua ha excedido la concentración máxima para permanecer disuelta, el aceite se satura. En este punto, el agua está suspendida en el aceite en gotas microscópicas conocidas como una emulsión.
Este nivel de contaminación es visible y se ve el aceite como “lechoso”.
Cuando la cantidad de agua sobrepasa de lo que puede mantenerse en forma emulsificada, empieza a acumular una parte de la misma libremente en el fondo del cárter o de los tanques de reserva.
De estos tres estados, los más dañinos para el sistema de lubricación son cuando el agua esta emulsificada o libre. La diferencia en consistencia y compresibilidad entre el aceite y el agua pueden causar una rotura de la película hidrodinámica, permitiendo el contacto entre piezas.
Aunque se consideran normales bajos niveles de contaminación con agua en aceites de motores, si son altos, es necesario su atención y raras veces se corrige haciendo un cambio de aceite.
Otro de los problemas que tenemos es la formación de herrumbre, que se da sobre las superficies de hierro, y que provoca que luego, con el tiempo, ese hierro se desprenda como partículas abrasivas. 1% de agua en el aceite puede acortar la vida útil de cojinetes en un 90%.
Si tenemos agua en un sistema con alta concentración de ácido (sulfúrico, clorhídrico, acético, fosfórico, etc.) aumentará la concentración de iones [H+] provocando ataques corrosivos.
De la misma manera, si tenemos alta concentración de álcalis (soda cáustica, hidróxido de calcio, amoníaco, etc.), aumentará la concentración de [OH-], también generando corrosión por ataque alcalino.
Si aplicamos la idea de un mantenimiento proactivo de los equipos o motores tendremos que implementar procedimientos para la detección temprana de la contaminación por agua en el aceite, y al detectarla, tenemos que buscar la entrada y corregirla.
El paso siguiente será determinar si las propiedades físicas y químicas del aceite no están dañadas, en ese caso el agua podría removerse dejándolo en condiciones de servicio. Tendremos que tener en cuenta que se puede eliminar el agua que ya está en el aceite, pero sin un análisis detallado, una provisión de aditivos y sistemas de mezcla, es imposible restaurar el aceite a un nivel óptimo.
De no conseguir esto, se deberá cambiar el aceite para eliminar los contaminantes que entraron y restaurar la protección que provee el aceite.
Prestar atención a los daños que puede producir la contaminación por agua y controlar las maneras de evitar su entrada al equipo nos ayudará a bajar los costos de mantenimiento y aumentar la confiabilidad de los motores o las máquinas que tengamos a nuestro cargo.
De no conseguir esto, se deberá cambiar el aceite para eliminar los contaminantes que entraron y restaurar la protección que provee el aceite.
Prestar atención a los daños que puede producir la contaminación por agua y controlar las maneras de evitar su entrada al equipo nos ayudará a bajar los costos de mantenimiento y aumentar la confiabilidad de los motores o las máquinas que tengamos a nuestro cargo.
Norberto Sánchez
Técnico Constructor Naval
Jefe de Máquinas
Técnico Constructor Naval
Jefe de Máquinas
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