martes, 30 de abril de 2013

El Turbosoplante: ¿Por qué considerarlo como una parte integral del motor?

El motor y turbosoplante son mutuamente dependientes; el turbo fue diseñado en cooperación con el fabricante del motor para adaptarlo a la tarea que éste debe cumplir.

Los turbos son máquinas tremendamente sencillas, pero que requieren de un gran cuidado en su mantenimiento. En general su peor enemigo es la suciedad, que en la mayoría de los casos es motivada por las pérdidas de gases en los colectores de escape, que son succionados por las turbinas (compresor), o bien por mala combustión, y consecuentemente, depósito carbonoso en los álabes o en las directrices.

Para garantizar que la vida útil del turbo se corresponda con la del motor, deben cumplirse de forma estricta las siguientes instrucciones de mantenimiento del motor que proporciona el fabricante:

• Intervalos de cambio de aceite.
• Mantenimiento del sistema de filtro de aceite.
• Control de la presión de aceite.
• Cambio del filtro de aire en cada cambio de aceite.


No culpe precipitadamente al turbosoplante cuando las cosas andan mal
Si el motor no funciona de forma correcta, no se debe dar por asumido que la falla viene provocada por el turbosoplante.
Muchas veces se desmonta un turbosoplante en perfectas condiciones para repararlo por una sospecha de falla cuando en realidad la falla no se encuentra en éstos, sino en el motor o en la inyección.

Solamente tras verificar todos estos puntos se debe revisar la presencia de fallas en el turbo.

El 90% de todas las fallas que se producen en los turbos se debe a las siguientes causas:

• Penetración de cuerpos extraños en la turbina o en el compresor.
• Suciedad en el aceite.
• Suministro de aceite poco adecuado (presión de aceite/sistema de filtro).
• Altas temperaturas de gases de escape (sistema de arranque/sistema de inyección).

La ingestión de objetos extraños destroza o deforma los álabes de las ruedas de turbina y compresora, ocasionando desbalanceo, inestabilidad rotacional y finalmente averías en los sellos y cojinetes.
El aceite contaminado causará ralladura en el eje y los cojinetes, tapará los orificios de paso del aceite lo que producirá grandes pérdidas de aceite.
La falta de aceite va a aparecer primero como avería de los cojinetes lo que conducirá a rozamiento de la rueda, avería en los sellos y aún rotura del eje.
Siguiendo las instrucciones en el manual de servicio del fabricante del motor en cuanto al mantenimiento de los sistemas de entrada de aire y filtrado de aceite se pueden evitar las averías por ingestión de objetos extraños y aceite contaminado. 
Quería comentar sobre una avería que siempre escuchamos y que pocas veces podemos verla personalmente.
En las fotos podremos ver cómo afecta a las paletas de la turbina el desprendimiento de algún trozo de material, que, a través del escape, impacta sobre las paletas del turbosoplante.
 
Ataque las fallas antes de que éstas empiecen
Al notar una pérdida de aceite, una vibración no usual o un sonido no acostumbrado que provenga del turbo, detenga el motor.
El inconveniente puede ser fácil de corregir en ese momento, pero si se permite que continúe, puede llegar a ser necesaria una reparación costosa.
Puesto que el turbosoplante funciona a muy altas velocidades, la más pequeña falla puede ser transmitida a través del conjunto rotante a otras partes, cojinetes, sellos, etc.
El problema puede complicarse aún más cuando se incrementan las velocidades y cargas del motor. A altas velocidades, por ejemplo, un turbosoplante desprovisto de aceite puede sufrir daño en sus cojinetes en solo unos pocos segundos.
En el gráfico podemos ver las fallas más comunes de los turbos, sus causas y soluciones:
Fallas del Turbosoplante    Fallas del Turbosoplante
Norberto Sánchez

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