La estabilidad, alta maniobrabilidad, potencia de tiro y empuje, son las principales características que debe tener un remolcador para el desarrollo de sus funciones más características y han sido los permanentes retos de la tecnología para poder satisfacerlas.
Antes de 1950, los remolcadores generalmente tenían una o dos hélices fijas. Los remolcadores con hélices dobles fueron introducidos para mejorar la posibilidad de maniobras, luego se pasó a las hélices de paso variable y las toberas Kort para aumentar la tracción.
Hoy, cuando hablamos de propulsión de remolcadores pensamos en propulsores cicloidales o en propulsores azimutales.
Estos dos últimos sistemas representan, de momento, el máximo exponente de la innovación en la industria de la propulsión naval, en general, y en los remolcadores portuarios, en particular.
El sistema de propulsion cicloidal. Propulsor Voith Schneider
Es un sistema de propulsión que permite controlar el empuje en magnitud y dirección de forma continua, extremadamente precisa y rápida.
Un rotor equipado con cuatro, cinco o seis palas gira alrededor de su eje vertical. Como la cola de un delfín, las palas del propulsor generan empuje por la sobreposición de las oscilaciones alrededor de su propio eje.
En el año 1925, el ingeniero austríaco Ernest Schneider perfeccionaba el revolucionario sistema de propulsión para buques que denominó rotor cicloidal.
Para comprobar su viabilidad práctica recurrió a la conocida empresa Voith, establecida desde el año 1825 en la ciudad alemana de Heidenheim.
Voith y Schneider construyeron en 1928 el primer sistema de propulsión cicloidal para instalarla en un barco, bautizado como “Uhu”, que navegó por el Rin satisfactoriamente.
El sistema
estaba ideado para las aguas tranquilas de ríos y canales, de forma que en el
año 1937, lanchas equipadas con el extraño sistema surcaban el lago Constanza,
los canales de Venecia y un año más tarde recorrían el Sena.
En los inicios
de los años de 1950, el remolcador
“Bienne” fue equipado con el sistema de propulsión Voith Schneider. Este
era un concepto enteramente nuevo que mejoró significativamente la capacidad de
maniobra.
El hecho de que el sentido de la
presión de la propulsión podía ser modificado casi instantáneamente, es una de las principales
ventajas en maniobras bajo condiciones restringidas. El concepto de remolcador
tractor, con el gancho de remolque prendido detrás de las unidades de
propulsión, proporciona un torque de estabilización, mientras que el remolcador
está alineado con la cuerda del remolque.
Las ventajas de este sistema son:
a) Óptima maniobrabilidad, aún en puertos
angostos con corrientes y vientos de costado.
b) Con mínimos requisitos de potencia y
máxima seguridad para el buque y el medio ambiente.
c) Ecológico, con mínimas emisiones de ruido
y gases de escape.
d) Máxima disponibilidad y mínimo
mantenimiento gracias a su diseño simple y robusto.
Propulsores Azimutales
Un Propulsor Azimutal consiste en una hélice que
puede orientar su impulso girando alrededor de un eje vertical. Este giro es
completo (360º) lo que mejora la maniobrabilidad haciendo incluso innecesario
el timón.
En el año 1928, Josef Becker (1897-1973) decide pasar de un taller mecánico artesanal
que disponía de fundición propia para fabricar bombas de agua y aperos
agrícolas a la fabricación de embarcaciones, botando la primera lancha en el
río Rin.
En un río tan caudaloso y transitado, se necesitaban
embarcaciones de alta maniobrabilidad, por lo que el interés de Becker derivó
hacia hélices azimutales, capaces de girar 360º en torno a un eje vertical y
que hacían innecesario el empleo de cualquier forma de timón.
Estimado Norberto, felicitarte por este artículo, estabamos buscando información sobre Diseño y Fabricación de Hélices de Barcos y nos hemos topado con esta gran explicación.
ResponderEliminarEstaría bien que detallases un artículo sobre: Hélices de paso fijo, Hélices de paso variable, Toberas y Palas.
Nuevamente felicitarte por tu trabajo.